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"Nossa democracia é adolescente", diz ministro Vidigal

STJ - 30 de outubro de 2005 - 09:09

Sob o título "Nossa democracia é adolescente", o jornal argentino "La Voz del Interior" publicou, no último domingo, entrevista com o presidente do Superior Tribunal de Justiça (STJ) e do Conselho da Justiça Federal (CJF), ministro Edson Vidigal, na qual destaca as relações comerciais, sociais e culturais entre os dois países. O ministro Vidigal também comentou sobre a região Amazônica, questões educacionais e problemas do Poder Judiciário brasileiro.

A seguir, a íntegra da entrevista concedida ao jornalista Marcelo Taborda:

"Nuestra democracia es adolescente"

Por Marcelo Taborda l De nuestra Redacción

Se refiere a la Argentina como "el gran vecino y compañero que Brasil tiene en las relaciones comerciales, sociales y culturales". "Somos hermanos de sufrimiento de las dictaduras y somos hermanos de las mismas esperanzas democráticas", sentencia a modo de definición el juez Edson Vidigal, nacido hace 61 años en Maranhao y presidente del Superior Tribunal de Justicia y del Consejo de la Justicia Federal de Brasil hasta abril de 2006. Días atrás, durante un congreso internacional organizado por el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba, Vidigal estuvo en esta capital y dialogó con La Voz del Interior acerca de cuestiones relacionadas con el derecho y su función de magistrado en el gigante del Mercosur.
–En los últimos tiempos se han escuchado voces que denuncian la falta de atención de Brasil a la depredación que sufre la Amazonia y hay quienes sugieren la declaración de este pulmón del mundo como patrimonio de la humanidad para abrir la puerta a un control "internacional". ¿Qué opina como jurista y como brasileño?

–Los procesos de civilización han dado a cada pueblo la oportunidad y el derecho de ocupar un determinado territorio. El territorio de los argentinos es de los argentinos y el de Brasil es de los brasileños. No hay nada que discutir acerca de la soberanía de la Amazonia brasileña, que pertenece a los brasileños. Pero estamos atentos porque así debemos estarlo, a todos los movimientos que tengan por objetivo usurpar nuestros derechos sobre el territorio amazónico.

–Pero hay quienes hablan de un nuevo concepto de derecho o la idea de internacionalizar algunos territorios como parte del mundo global. Incluso en países como Estados Unidos, es lo que se enseña en algunos establecimientos educacionales…

–Lo que tenemos de irreversible como patrimonio de la humanidad es primero el aire puro, que tenemos el derecho de respirar en cualquier parte del mundo. Ahí la acción del derecho internacional se dirige al combate de todas las formas de degradación ambiental. Este sí es un derecho de toda la humanidad. El patrimonio histórico y cultural de cada país, reconocido por la Unesco es un patrimonio de la humanidad respetando los límites territoriales donde esos patrimonios estén localizados. La paz mundial, el mundo sin guerras, sin miserias y sin hambre, con todos teniendo derecho a un trabajo y a un salario dignos es un derecho patrimonial de la humanidad. Así, algunos de esos derechos nos parecen distantes de ser alcanzados, pero es compromiso de todos los responsables de las naciones y de la Justicia del mundo trabajar para que todos los pueblos alcancen sus derechos.

–Por Internet aún circulan respuestas atribuidas a Cristovam Buarque, ex ministro de Educación en el gobierno de Lula, quien ante una pregunta en una universidad norteamericana sobre la internacionalización del Amazonas, reclamó el mismo estatus para los patrimonios culturales de París o Nueva York o a las riquezas del petróleo…

–Eso es correcto. París es patrimonio de la humanidad y puede disfrutarse como tal, pero no por eso deja de ser parte de Francia y de estar bajo su exclusiva jurisdicción.

–¿Cuál es el principal desafío de la Justicia de Brasil?

–La morosidad. No tenemos qué reclamar en lo que hace una presunta falta de independencia. El poder Judicial de Brasil disfruta de efectiva independencia en cuanto a otros poderes del Estado. Tenemos una tasa de credibilidad de la población que es la mayor entre los tres poderes. Nuestro mayor desafío es el de reducir al máximo posible la mora judicial. La sociedad nos exige más rapidez en las respuestas a las cuestiones que llegan a decisión de los jueces. Claro que este no es un problema sólo brasileño, pero tenemos que trabajar en dos frentes. Por un lado reducir la burocracia judicial y por otro revisar leyes procesales que propician los recursos que favorecen sólo la morosidad. Otra cuestión es la seguridad jurídica como principio garantizador de las inversiones extranjeras. Nosotros optamos por una economía de mercado, capitalista, entonces no hay forma de mantener al poder Judicial al margen de las cuestiones económicas. Ha sido un motivo de orgullo para nosotros el firme cumplimiento de los contratos. En Brasil, todo lo que ha sido contratado entre el Estado como poder público y las empresas, o entre éstas entre sí, se ha cumplido. Por otro lado, nuestra Constitución es muy joven.

-Ahora, todo se sabe

–Usted dice que la Justicia de Brasil tiene más credibilidad que el Congreso y el Ejecutivo. ¿Tiene esto que ver con las denuncias de corrupción en el Parlamento que llegaron hasta las barbas mismas del presidente? ¿Hay suficientes elementos para llevar adelante un impeachment contra el jefe de Estado?

–En Brasil pasamos por un largo período autoritario en el que la prensa no tenía libertad y el Congreso no ejercía más que funciones decorativas. Las peores cosas ocurrieron en esa etapa y nadie las sabía. Hoy, con la democracia, hay libertad de información y de acción política y todos pueden saber sobre las verdades y también sobre las mentiras. Como pasa en todo sistema político abierto, existe la posibilidad de excesos y denuncias. Esto es peligroso porque puede dar espacio al fascismo. El fascismo siempre se aprovechó de las libertades democráticas para cercenar la democracia. Pero estamos muy atentos a las embestidas fascistas. En Brasil trabajamos por una democracia de verdad, con justicia social y transparencia absoluta en las acciones de los hombres públicos. En lo que se refiere al impeachment, creo que es totalmente improcedente. El país está en pleno funcionamiento; las calles y rutas están sin cortes ni bloqueos como en Bolivia; sin piqueteros; los bancos abren y cierran en los horarios normales; las oficinas públicas también; las escuelas, los puertos y los aeropuertos, todo con normalidad. Otro dato es que no hay ningún periodista procesado por el gobierno actual. Por otro lado, es la primera vez en Brasil que el Congreso organiza tres Comisiones Parlamentarias de Investigación (CPI) al mismo tiempo y con plena y total libertad de acción. Pero nadie aportó ninguna prueba hasta ahora capaz de justificar un proceso de impeachment. Esos movimientos de presiones y contrapresiones son parte del juego democrático y en Brasil, nuestra democracia todavía es adolescente, nuestra Constitución tiene apenas 17 años...

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